Comentario
CAPITULO V
De cuanto sea grande el Reino de México y de algunas
cosas particulares y notables que hay en él
Es este Reino de México, tierra firme. Báñalo por una parte el Mar del Norte y por la otra el del Sur. Cuánto tenga de largo y de ancho no es posible poderse decir por no estar hasta agora acabado de descubrir y hallarse cada día tierras nuevas, como se vio el año de 583 en la entrada que hizo Antonio de Espejo, el cual con sus compañeros descubrieron una tierra en que hallaron 15 provincias, todas llenas de pueblos y de casas de 4 y 5 altos, a quien pusieron por nombre Nuevo México, por parecerse en muchas cosas al viejo. Está a la parte del Norte y se cree que por ella y por poblado se puede venir hasta llegar a la tierra que llaman de Labrador (de quien diremos más largamente adelante). Está este Reino por la parte de oriente pegado con la tierra del Perú, y así corriendo por el Mar del Norte se va a dar a Nombre de Dios, que es Puerto del mesmo Reino; e yendo desde el de Acapulco, que es en el de México y en la Mar del Sur, se va a dar a Panamá, puerto así mismo del dicho Perú y en la dicha mar cerca del Estrecho de Magallanes y no muy lejos del Río de la Plata y el Brasil. Finalmente este Reino es tan grande, que hasta agora nunca se le halló el fin y cada día se van descubriendo en él nuevas tierras donde todos los indios que hallan son fáciles de reducir a nuestra santa fe católica, por ser gente dócil y de buenos ingenios y entendimientos. Hay en él mucha diversidad de lenguas y temples diferentísimos, aunque todos generalmente entienden la lengua mexicana, que es la más común. Hay muchas Provincias pobladas de Indios y de españoles, que cada una de ellas es tan grande como un razonable reino, aunque la mayor y más principal es la de México, donde hay muchos indios y españoles, que exceden en número a los demás. Los nombres de las cuales son: Honduras, Guatemala, Campeche, Chiapa, Guajaca, Mechuacán, Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Guadiana, y otras algunas dejo por no ser prolijo: en todas las cuales hay Audiencia, o Gobernadores o Corregidores, todos españoles. A los naturales de ellas jamás, después que se convirtieron, los han hallado en herejía, ni en cosa que sea contra la fe católica romana.
Todas estas Provincias están sujetas y reconocen la de México como principal, donde Su Majestad tiene Virrey, Inquisición, Arzobispo y Audiencia Real. Es la ciudad de México una de las buenas del mundo, y está fundada sobre agua, al modo y manera de Venecia en Italia. En todo este reino casi no se puede entender cuándo sea invierno o cuándo verano, así por ser los días todo el año poco mayores o menores que las noches, como por el temperamento de la tierra. Está el campo verde lo más del año y los árboles casi todo él con fruta, a causa de que el tiempo que es invierno en Europa, los rocíos que caen del cielo la tienen florida, y cuando es verano llueve ordinariamente, en especial los meses de junio, julio y agosto y septiembre, en los cuales por maravilla deja de llover todos los días, y es cosa maravillosa que casi nunca llueve hasta de medio día para abajo y jamás pasa de la medianoche: de manera que no impide a los que caminan, pues pueden hacer viaje desde la medianoche hasta el mediodía siguiente. Llueve desatinadamente y con tanta furia y tan recio, que el tiempo que dura es menester huir del aguacero, porque suele ser tan dañoso, que uno solo quita la vida a un hombre. Casi todo el año se siembra y coge en todo este reino, así trigo de que hay grandísima abundancia como maíz, que es el sustento ordinario de los indios, negros y caballos, que los hay en tanta abundancia y dé tan buen parecer y obra como en todos los reinos del mundo se sabe hasta el día de hoy. Llevaron la casta de España al principio que se descubrió aquella tierra y para ello escogieron los mejores que en toda ella hallaron: lo cual y comer todo el año yerba verde y el maíz, que es el trigo de los indios, es causa de que merezcan ser alabados con el encarecimiento dicho.
En suma, este reino es uno de los más fértiles de mantenimientos de todos cuantos sabemos, y de riquezas, por haber en él infinitas minas de plata, de donde se saca tanta cantidad como se ve cada año cuando llega la Flota a Sevilla. Está debajo de la Tórrida zona y con todo esto es tan templada como he dicho, contra la opinión de los filósofos antiguos que decían era inhabitable.
Para disculparlos, no será fuera de propósito decir la causa por que se engañaron, y es: que con los cuatro meses que el sol lleva más fuerza, que son los que arriba dije, llueve de ordinario, y es causa de que esté muy templada la tierra. Y demás de esto, proveyó Dios de que la bañan vientos fresquísimos que vienen de la mar del Norte y del Sur y corren tan de ordinario que por maravilla se ve calma; y a esta causa es de tal propiedad toda la tierra de este reino, que aunque el sol sea fortísimo y cause gran calor, metiéndose debajo de cualquiera sombra por pequeña que sea, corre un fresco muy suave. Por ser la templanza del cielo de la manera dicha, jamás en todo el año los moradores de este reino tienen necesidad de disminuir ni aumentar el vestido, ni ropa de la cama: y es el cielo tan sano, que lo mesmo es dormir en el campo sin ninguna cubierta, que en una sala muy cerrada y colgada.
Todo lo descubierto de este reino (excepto la tierra de los chichimecos, que es una manera de indios que viven como alarbes en Africa, sin tener casa ni pueblo edificado) está muy pacífico, bautizado, doctrinado y poblado de muchos monasterios de religiosos de la Orden de Santo Domingo, San Agustín y San Francisco y de la Compañía de Jesús, sin mucho número de clérigos que están repartidos por todo él, que así los unos como los otros se ocupan de ordinario en doctrinar a los naturales y españoles que los hay en todo el reino: los cuales, aunque son pocos respecto a los indios, pasan en número de 50 mil. En la ciudad principal de este reino, que es la de México, como ya dije, hay Universidad, y en ella muchas cátedras en que se leen todas las Facultades que en la de Salamanca por hombres muy eminentes, cuyo trabajo es gratificado con grandes salarios y honras. Hay asimismo muchos y grandes hospitales, así de españoles como de indios, a donde los enfermos son curados con mucha caridad y gran regalo, por tener todos ellos grandes propios y rentas.
No trato de las iglesias y monasterios que hay en ella, así de religiosos como de religiosas, y de otras cosas muy particulares, porque de esto hay escripta muy larga historia y mi intento es decir por vía de Itinerario lo que el dicho Padre Custodio Fray Martín Ignacio me comunicó de palabra y escrito había visto y entendido en la vuelta que dio al mundo, y otras que yo mesmo en algunas partes he experimentado, y esto de modo que se pueda llamar con más propiedad Epítome o Itinerario, que historia.
En este reino se cría más ganado que en ninguna parte de las que se saben en el mundo, así por el buen clima del cielo y temperamento, como por la fertilidad de la tierra. Las vacas y ovejas muchas veces paren dos crías y las cabras tres de ordinario: que esto, y haber muchos campos y mucha gente que se da a esta granjería es causa de que haya tanta abundancia, que se venda por muy poco precio, y aun acaece muchas veces matar los criadores 10 mil cabezas de ganado vacuno, para solamente aprovecharse de los cueros, enviándolos a España y dejando la carne en aquellos campos para pasto de las aves, sin hacer caso ni cuenta de ella. Es abundante de muchas frutas, algunas de ellas diferentísimas de las que ahí se cogen en nuestra España, y todas o casi de las que se gozan en ella.
Entre las cosas notables que hay de considerar en este reino, que son muchas, una de ellas es de una planta llamada maguey, muy ordinaria en todas las Provincias y Pueblos, de la cual se hacen tantas cosas para servicio y utilidad de los que viven en él, que lo creerá difícilmente quien no lo hubiere visto, aunque hay muchos testigos de ello en cada parte. De esta planta se saca vino, que es lo que ordinariamente beben los indios y negros, y vinagre muy bueno, miel, hilo para hacer mantas con que se visten los naturales y para coser las mesmas vestiduras, y de las propias puntas de las hojas que echa la planta sacan las agujas con que cosen las mesmas vestiduras y los zapatos y alpargatas que hacen del propio hilo. Las hojas de esta planta, después de ser muy medicinales, sirven en las casas en lugar de tejas; y curadas en el agua, se hace de ellas como un cánamo que sirve para muchas cosas, y se hacen de él sogas, y el pimpollo de en medio es tan grueso y recio, que se pone por viga sobre que edifican las casas que comúnmente están cubiertas, o de paja, o de hojas de árboles anchas, como lo es la del plátano. Todo esto, aunque parece mucho por sí, respecto de los provechos que sacan de la palma, como diremos en llegando a tratar de las Islas Filipinas, donde las hay en gran abundancia, es muy poco y lo podrá juzgar el lector.